José Ángel Buesa
(Cuba)
En el hondo silencio de la noche serena
se dilata un lejano perfume de azucena,
y aquí, bajo los dedos de seda de la brisa,
mi corazón se ensancha como en una sonrisa…
Y yo sé que el silencio tiene un ritmo profundo
donde palpita un eco del corazón del mundo,
un corazón inmenso que late no sé dónde,
pero que oye el latido del mío y me responde…
El corazón que sientes latir en derredor,
es un eco del tuyo… que palpita de amor.
El corazón del mundo no es ilusorio: existe
pero, para escucharlo es preciso estar triste
triste de esa tristeza que no tiene motivo
en esta lenta muerte del dolor de estar vivo.
La vida es un rosal cuando el alma se alegra
pero, cuando está triste… da una cosecha negra
el amor es un río de luz entre la sombra,
y santifica al labio pecador que lo nombra.
Sólo el amor nos salva de esta gran pesadumbre,
levantando el abismo
Amor es ley divina de plenitud humana;
dolor que hoy nos agobia y añoramos mañana…
Eso es amor… y amando también la vida es eso:
¡Dos almas que se duermen a la sombra del beso